El Ejército de la India bombardeó en la madrugada nueve presuntas bases terroristas ubicadas en Pakistán y en la Cachemira administrada por ese país, las cuales, según Nueva Delhi, eran utilizadas para planificar ataques contra India. El Ministerio de Defensa indio explicó que la operación, denominada Sindoor, tuvo como objetivo infraestructura terrorista, pero subrayó que no se atacaron instalaciones militares pakistaníes. La India destacó que sus acciones fueron "medidas y de naturaleza no escalatoria", y que se había ejercido moderación al seleccionar los objetivos y métodos de ejecución.
Por su parte, Pakistán reportó al menos tres muertos y doce heridos debido a los ataques. Las autoridades pakistaníes identificaron los lanzamientos de misiles indios en tres ubicaciones, pero no ofrecieron detalles sobre la naturaleza exacta de los ataques. El Ejército de Pakistán, en respuesta, afirmó estar llevando a cabo acciones de represalia sin especificar detalles.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reaccionó al ataque calificándolo de "vergüenza" y lamentó la situación, haciendo referencia a la larga historia de conflictos entre ambos países. Este ataque se produce en un momento de creciente tensión entre India y Pakistán, ambos poseedores de armas nucleares, tras el reciente atentado en Cachemira, que dejó 26 muertos entre turistas hindúes.
La India ha culpado a Pakistán por la violencia reciente en la región, particularmente por el ataque de hace un mes, y prometió respuestas. Pakistán, por su parte, negó cualquier responsabilidad en el atentado y acusó a India de estar preparando una ofensiva. La situación sigue siendo tensa, con enfrentamientos entre los dos países que datan de décadas, principalmente relacionados con la región disputada de Cachemira, donde ambos han luchado en varias guerras desde su independencia.