El paro de transportistas en Lima y Callao, desarrollado este jueves 10 de abril, representa una respuesta directa ante la ola de inseguridad que afecta al sector. En lo que va del año, al menos 15 choferes han sido asesinados en pleno cumplimiento de sus rutas, víctimas de bandas criminales que extorsionan a empresas de transporte.
Los conductores y gremios aseguran que las medidas del Gobierno han sido insuficientes. Durante una reciente reunión con autoridades del Ministerio del Interior y del Ministerio de Transportes, representantes del sector afirmaron que las acciones implementadas hasta ahora no han dado resultados, razón por la que decidieron continuar con la protesta.
Empresas como Aquarius, ‘Los Chinos’, Emiscasa y El Rápido han sido blanco de ataques en los últimos días. Las mafias criminales exigen pagos a cambio de permitir que las unidades sigan operando, exponiendo a conductores y usuarios a constantes riesgos.
La paralización abarca tanto al sector formal como informal del transporte, afectando buses, custers, colectivos, taxis y mototaxis. Se estima que más de 40.000 vehículos han detenido sus operaciones como muestra de rechazo a la criminalidad. La situación ha generado un impacto importante en la movilidad de Lima Metropolitana y el Callao.